martes, 2 de septiembre de 2014

"El simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo"


Hacía tiempo que quería escribir una pequeña historia contando mi historia del ángel de la fotografía. Esta es una de las fotografías que hizo mi amiga Ana Mª Rodríguez Edo para su proyecto "Encantos".

Todo empezó porque mi profesor de Historia del Arte del instituto me contó que uno de sus hijos le preguntó si realmente tenía esas alas y que él quería unas igual. Al no tener este tatuaje en la espalda y querer ver al niño y no desilusionar lo, decidí inventarme una pequeña historia. No era exactamente la historia que he escrito ya que tenía que justificar que "escondía mis alas para que los malos no me las robaran", pero me ha gustado el resultado, así que... Aquí la tenéis.

Espero que os guste y tened en cuenta que hace mucho que no escribo, he perdido mucha fluidez.



Había una vez un ángel en el cielo. Ese ángel era muy curioso y pasaba el día mirando la Tierra.

Un día, uno de sus amigos le preguntó "¿Porqué miras tanto el mundo de los humanos? Todo es caos, dolor y destrucción.". A lo que el ángel le respondió "También hay luz. He visto actos de amor y generosidad. Los niños nacen puros. Es su entorno, la sociedad como lo llaman los humanos, quien pervierte esas almas tan inocentes. Hay esperanza entre tanta oscuridad."

Al darse cuenta de que uno de los arcángeles había escuchado sus palabras, le pidió poder bajar al mundo de los mortales. Tenía plena confianza en la raza humana, y pensaba que lo único que necesitaba era una guía para seguir mejorando. Este acepto, a su gran pesar, ya que sabía que muchos lo habían intentado y habían fallado en su misión, volviendo malheridos y sin fe.

Así fue como un día de primavera, en una tormenta de nieve, bajó el ángel del cielo. Como prueba de quien era, tenía unas marcas en forma de alas en la espalda. A ojos humanos parecería una joven con un tatuaje en la espalda, aunque los más cándidos verían como una luz emanaba de su interior.

Fue recorriendo el mundo. Intentó controlar las guerras, pero no pudo hacerlo. Intentó curar a los heridos, pero no lo consiguió. Intentó alimentar a los hambrientos, pero falló. Pero no se daba por rendido, lo seguía intentando a pesar de los malos presagios, la animosidad, la desconfianza y la maldad que veía a su alrededor.

Más de una vez intentaron hacerle daño, robarle su luz y sus alas, pero no lo consiguieron. Y a pesar de su optimismo y su buena fe, se dio cuenta de que no podría solucionar los problemas del mundo. Los humanos tenían que aprender a solucionar sus problemas hablando, controlar sus emociones y su ira, que era muy grande. Que tenía que aprender a ponerse en el lugar del otro, a entenderlo y quererlo como si fuera sangre de su sangre, ya que todos son iguales a pesar de sus diferencias.

El ángel decidió empezar por el principio. ¿Cómo se podría arreglar todos esos problemas? ¿Dónde fallaba la especie humana?

Al poco tiempo empezó a enseñar en una escuela. Le enseñó a sus alumnos qué era la generosidad, la empatía y el altruismo. Les  enseñó a ver la belleza de la naturaliza, a respetarla, quererla y protegerla, ya que sin ella la propia especie no sobreviviría. Y cuando sus alumnos le preguntaban por sus alas, el ángel sonreía dulcemente y de forma misteriosa, sin contestarles.

Al acabar su vida mortal, regresó a su hogar. Su amigo le dijo que no había merecido tanto sufrimiento. El mundo seguía en guerra, seguían habiendo gente muriéndose de hambre y se seguía destrozando el planeta. El ángel sonrió y le dijo que mirara los que fueron sus alumnos. Vieron que todos luchaban por los principios que se les había enseñado, y que los predicaban tanto a sus seres queridos como a desconocidos. Incluso algunos siguieron los pasos de su maestra, haciéndose maestros y profesores.

"No, mi vida mortal no fue una pérdida de tiempo. He plantado la semilla en mis alumnos, ahora ellos la plantarán a su alrededor. Así es como se hace el cambio. El simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo."